Información del Rastrillo Solidario en La Atalaya de Guía (Gran Canaria)






Ante la pregunta de Juani Padrón ¿qué podíamos hacer para ayudar a Mozambique? la asociación de vecinos puso la idea de hacer un rastrillo aunque teníamos poca fe de que saliera adelante por la previsible escasez de posibles participantes en su preparación.
Juani, con experiencia en estas cuestiones, tomó e impulsó la idea con mucha ilusión y tuvo fe en ella de tal forma que movilizó a los pueblos de la zona obteniendo la ayuda y colaboración de empresas y personas de buena voluntad.
Desde la asociación de vecinos ocurrió otro milagro pues las personas que veíamos más problemas que éxito en la campaña nos implicamos de lleno apareciendo colaboradores por todas partes y así obtuvimos implicación de personas y cantidad de artículos que ofrecer.
Ha sido una experiencia gratificante, de cooperación y de entender otras realidades que lamentablemente se viven en nuestro planeta.
Ha sido el impulso de Manolín el que también ayudó a ponernos en marcha, que nos ha tocado el corazón con su ejemplo de entrega total e incondicional, que nos ha narrado la forma de vida de su pueblo a través del blog y que nos ha hecho comprender que se es feliz compartiendo.
Por otro lado entendíamos que con esta acción le dábamos nuestro apoyo moral para que pueda seguir adelante en su loable tarea que, sin duda, tendrá momentos difíciles.
La jornada empezó a las 7 de la mañana con el montaje de 6 stands y la colocación de los artículos. A las diez de la mañana se puso en marcha con buena afluencia de visitantes y a las once empezó el espectáculo con la intervención de los artistas cooperadores destacando la intervención de Arístides Moreno, el cual tuvo unas palabras de apoyo a Mozambique recordándonos la etapa de pobreza por la que hemos pasado para entender el problema de Mozambique.
A la hora del mediodía en que escaseaban los visitantes nos llegó Don Pedro Mozón, párroco de San Isidro que también había donado gran cantidad de cosas, y nos acompañó durante largo rato.
En los momentos de mínima afluencia tuvimos tiempo para las bromas, reírnos sanamente y pasar un rato de convivencia.
Por la tarde nos acompañó nuestro párroco José Luis, después de cumplir con sus obligaciones, haciendo de supervisor de lo recaudado para esta causa. Sobre las diez de la noche nos retiramos a descansar con la satisfacción de haber aportado nuestro granito de arena y con el ánimo de repetir la experiencia.
(Redactó esta nota: la Asociación de Vecinos "La Piconera").

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